viernes, 2 de febrero de 2018

Una nota cósmica de Ulises Paniagua


Nota cósmica
Ulises Paniagua




Notimex, Marzo, 2038



Durante las últimas semanas hemos informado el avistamiento de OVNIS[1]. La televisión y las redes sociales comparten a diario los arribos de tales artefactos a diversos puntos de la ciudad. A pesar de una polución alarmante y de una gentrificación de miedo, se ha visto descender a los OVNIS en helipuertos de edificios gubernamentales, en plazas públicas, en alguna que otra azotea.

            Si en un inicio la gente se mostró aterrada ante la aparición de seres oscuros y viscosos (quienes poseen tres corazones y cuatro pulmones), se ha habituado ya a los gestos pacifistas de los visitantes cósmicos. “El problema no son los extraterrestres, sino los representantes de la ciudad”, declaran los capitalinos que se han dado a la tarea de establecer diálogos intensos, a través de un lenguaje de señas, con los seres espaciales. 

            Y es que el gobierno de la ciudad promulgó una ley donde, por cada aterrizaje, se gravará un alto porcentaje de impuestos tanto al propietario de la nave espacial como al dueño del terreno o casa donde el vehículo aterrice. Por otra parte, se ha anunciado la implementación de inmovilizadores, comúnmente llamados “arañas”, para los OVNIS aparcados en calles o plazas concurridas del Centro Histórico.

Fuentes cercanas a nuestros amigos espaciales revelan su intención de huir pronto. Hartos de la corrupción, el cohecho, “la transa” y la imposición, los extraterrestres desisten del contacto humano. No nos asombremos si los aterrizajes espaciales se vuelven menos frecuentes. Ustedes disculpen, visitantes de otro mundo, ocurre que este país es una vergüenza.




[1] (Objetos Voladores No Identificados, para los no entendidos)

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